Entrevistamos a la directora de MaMagazine, primera revista dedicada a la maternidad -que no a la crianza-. Acaba de publicarse el tercer número y Victoria es candidata al premio “Mujeres a Seguir 2022”. Sigue leyendo y entenderás por qué…  
 

Antes de MaMagazine ¿qué había? ¿por dónde andabas?
Estudié Periodismo y comencé a trabajar en departamentos de comunicación y agencias de marketing. De ahí pasé a trabajar también muchos años en el sector discográfico, pero la música no es país para mujeres y, cuando mi hija comenzó Educación Infantil, lo dejé y volví al marketing. Mi sueño era trabajar en el sector editorial y así lo hice: trabajé en varias revistas hasta que me animé a hacer la mía propia.

 

¿Y por qué MaMagazine? Cuéntanos cómo fueron sus Inicios y cómo visualizas el futuro del proyecto.
MaMagazine nació como un contenedor de testimonios y reportajes sobre el impacto de la maternidad en nuestras vidas, en nuestros cuerpos, en la sociedad… ¡y así sigue! En 2021 decidí que, entre tantos impactos digitales en redes, mucha de la información se perdía. Y creo que el tema que nos ocupa merece una lectura más profunda. Por eso, puse en marcha un crowdfunding para conseguir financiación y poder sacar MaMagazine en papel. Ahora vamos por el número 3 y hemos conseguido hacer una revista de calidad, alejada del concepto “leer y tirar” y que, número a número, va creciendo en suscriptoras. ¿Un deseo? Seguir creciendo en socias, llegar cada vez más lejos. Esta es la primera revista en nuestro país dedicada a la maternidad y su impacto, no a la crianza. Es importante recordar ese matiz.

 

¿Cómo ha sido recibida la propuesta, qué te cuentan las lectoras? ¿Tenéis también lectores?
Tenemos lectoras y lectores, y eso es algo que me enorgullece. Si acotamos lo materno solamente a las mujeres que son madres perdemos una riqueza y una compañía extraordinarias. Por desgracia, todavía hay pocos hombres que se animen a hablar de sus experiencias con su paternidad pero, cada vez que detectamos uno y quiere hablar… ahí estamos para dar voz. Un buen amigo mío, que apoyó el crowdfunding y no será padre, me contó que la lectura del primer número le ayudó a redefinir y resignificar la relación con su madre. Para leer MaMagazine solo necesitas tener una madre… y hasta donde yo sé, nadie ha nacido de un huevo Kinder.

 

Vuestro número 1 salió con una imagen brutal en portada ¡una bomba atómica! Uniendo destrucción con maternidad ¿cuál era el mensaje de esa portada?

El nuevo baby boom es un concepto que se puede resumir en que llega un bebé a tu vida y ¡boom!, te la bombardea. Nada es como era. Nada será como era. La maternidad es un punto de inflexión en la vida y supone numerosas renuncias pero, a la larga, en la mayoría abrumadora de ocasiones merece la pena. Nada es lo mismo tras un bebé… y eso también está bien. Lo peligroso es que compremos la moto de que vamos a ser las mismas personas tras ser madres. Abrimos ese número 1 con un precioso poema de Mara Carver llamado “Hijos míos” que lo explica bien:

“Soy otra mujer ahora que os he parido.
Sabed que os odio, os amo, os necesito, os maldigo.
Soy otra mujer ahora que sois,
Ahora que somos”.

 

Leyendo a Bety Friedan en “La mística de la feminidad” (1965) me resonó como vigente todavía hoy este fragmento: “porque a todas aquellas madres amas de casa a tiempo completo que se estaban haciendo mayores, cuyas criaturas estaban ahora en el college, estaban empezando a ser un problema -bebían, tomaban demasiadas pastillas, se suicidaban (…). Las mujeres, según nos decían, pueden ir a la escuela, trabajar un poco, casarse, cuidar de los niños 15 o 20 años y luego volver a la escuela y trabajar: ningún problema, no tenía porque haber conflictos de rol. (…) en realidad no podían esperar conseguir verdaderos empleos y una formación profesional después de haber pasado 15 años metidas en casa…”  ¿Tú cómo lo ves?
Por desgracia, las palabras de Bety Friedan, como las de Adrianne Rich o Jane Lazarre siguen vigentes décadas después. En una sociedad en la que impera el mensaje de que todo lo vas a poder conseguir si lo deseas mucho y te esfuerzas aún más, la frustración es lo único que encuentras en la mayoría de los casos. Esto sucede también con la maternidad. Mientras exista brecha salarial, mientras la carga de la conciliación se deposite en las mujeres, mientras no blanqueemos el valor de los cuidados, pocas cosas cambiarán.

 

‘No quiero ser madre’. En algunas jóvenes hay principios responsables o pesimistas como no aumentar población por el bien del planeta (la ecológica), no traer nueva vida a un mundo que se acaba (la pesimista), no renunciar “a mi” (mi posición laboral, mi vida social, mi tiempo personal, mi condición física, etc.). Algunas de tus colaboradoras son mujeres muy jóvenes ¿qué posturas frente a la maternidad detectas en ese entorno más joven?
Justo en el tercer volumen de MaMagazine, “Carreteras secundarias”, abordamos la no maternidad desde distintos puntos. Incluimos testimonios de mujeres jóvenes y otras no tanto que han decidido no ser madres. También testimonios de otras mujeres que no lo han sido pero no por decisión propia: la vida ha decidido por ellas. Lo que detecto es miedo: miedo a la inestabilidad en las relaciones personales, miedo a no tener un trabajo fijo y bien remunerado, miedo a no tener todas esas cosas tachadas en la lista de cosas que se supone que debes hacer antes de lanzarte a formar una familia… Por desgracia, opino que no decidimos libremente cuándo, cómo y, a veces, incluso con quién somos madres.

 

‘No puedo ser madre’. La ciencia y la fertilidad es un mundo inmenso que exploramos con la entrevista a Gina Oller. Pero a nivel social ¿crees que se considera todavía hoy la maternidad como la máxima o única vía de realización posible de una mujer?
Creo que, por fortuna, ese estigma está cambiando. Muchas mujeres defienden que la maternidad no es una identidad que les completa y eso está genial. Nuestras maternidades deben ser deseadas… o no ser.

 

Recuerdo el humor (y el desasosiego) del documental ‘La teoría sueca del amor’. Con los bancos de esperma y la inseminación artificial la opción monomarental hoy es una realidad. Pero, ser madre soltera en España ¿es posible?
Cada vez conozco más madres solteras por elección. ¿Es posible? Pues depende del apoyo externo que tengan: su familia, sus amistades, su trabajo y oportunidades de conciliación… y, sobre todo, de sus ganas. Todas están felices con la decisión tomada y no niegan que, a veces, se sienten solas. Pero lo que está claro es que la familia tradicional ya no es la única opción y eso es sumamente enriquecedor.

 

Dice el proverbio africano que “Para criar a un niño hace falta una tribu”. Toca redefinir la familia. ¿Qué es para ti la familia?
Y yo estoy de acuerdo con el proverbio africano. Y también con que toca redefinir la familia. A veces, la familia es un concepto tremendamente tóxico. Leo estos días “La familia”, de Sara Mesa, y mi reflexión va hacia ese punto: en este país se mistifica el papel de las familias pero, como en todo, hay familias buenas y familias malas. En el seno de una familia pasa lo mejor (el amor y el apoyo incondicional) y también lo peor (no olvides que casi la mitad de agresiones sexuales a menores tienen lugar en el entorno familiar). La familia es un espacio de convivencia entre personas que no se han elegido y, en muchas ocasiones, nos sentimos más cómodos o tenemos esa sensación de apoyo familiar en amistades o círculos cercanos con quienes compartimos modelos de crianza, convivencias elegidas o incluso afinidades políticas.

 

No olvidemos el padre ¿cómo crees que será la paternidad en el sXXI?
Lo que está claro, porque se ha estudiado y demostrado, es que el papel activo y presente de un padre beneficia enormemente la salud mental y la seguridad en sí mismo de su criatura. De esto habla largo y tendido nuestra psicóloga de cabecera Marta Giménez-Dasí en MaMagazine.

 

Hoy leía que La artista japonesa Yayoi Kusama es la única mujer en el top 50 del mercado mundial del arte. Existe una representación real de la mujer en la sociedad: políticas, científicas, artistas…
Somos la mitad de la población y la historia está incompleta sin nuestro testimonio, sin nuestro pensamiento, sin nuestra obra y sin nuestro carácter. Justo en el Volumen II de MaMagazine abordamos la relación brutal entre maternidad y creación. Y lo hacemos a raíz de las famosas declaraciones de Marina Abramovich, que afirmó en el periódico Der Tagesspiegel en 2016 lo siguiente: “He tenido tres abortos porque estaba segura de que iba a ser un desastre para mi carrera. Una tan solo cuenta con una energía limitada en el cuerpo, y me iba a ver obligada a dividirla. En mi opinión, esa es la razón por la que las mujeres no tienen tanto éxito como los hombres en el mundo del arte. Hay muchísimas mujeres con talento. ¿Por qué son los hombres los que ostentan los grandes cargos? Es simple. El amor, la familia, los niños… una mujer nunca querría sacrificar todo eso”. Las declaraciones de Marina Abramovic incendiaron las redes y provocaron un aluvión de respuestas de otras mujeres artistas demostrando a través de su obra y su activismo vital que Abramovic se equivocaba. Pero, ¿realmente se equivocaba la abuela de la performance? Puede que sí y puede que no. Abramovic decidió libremente renunciar a la maternidad, renuncia que sigue generando prejuicios en las sociedades modernas.

 

Contenidos femeninos, márketing en femenino, comunicar en femenino… ¿Qué opinas del lenguaje neutro: elles, nosotres… ?
Me parece fatal que haya una tasa rosa, es decir, una excusa más para cobrar más a las mujeres solo por serlo. Me parece un acierto que se comunique o que se extiendan las características de una comunicación en femenino: la comunicación en las mujeres es más relacional, procura fortalecer los vínculos de las relaciones, es más empática, escucha más, es más conversacional y más diplomática también, en general. Cuenta Teresa Baró, especialista en comunicación en una entrevista en MaMagazine que, “en cambio, una comunicación de los hombres es más directa, más clara probablemente, más informativa y no tan conversacional sino que, en muchas ocasiones, tiende al monólogo. Ellos hablan y lo hacen seguros de lo que dicen, sin importarles lo que los demás, a veces, piensen o  contesten. En cambio, las mujeres siempre estamos preocupadas por el efecto que tendrán nuestras palabras en las demás personas”. Sobre la cuestión del lenguaje neutro, debo decir que lo entiendo y lo respeto pero no lo uso en mi día a día. Intento usar el pronombre de la mayoría: si somos mayoría de mujeres, hablo en femenino.

 

¿Cuál es tu relación con la moda?
Mi relación con la moda es más cómoda que nunca. Pasé por una década o más de consumismo salvaje, de comprar ropa para tirar en menos de un año y, poco a poco, he ido evolucionando hacia lo contrario. Tengo dos cuerpos de armario: uno está lleno de ropa vintage, que suelo adquirir en tiendas de segunda mano y el otro está lleno de ropa “de temporada” pero que suele durar mucho. Tengo prendas en mi armario que tienen, literalmente, más años que yo. Uso mucho la ropa de mi madre, por ejemplo. ¡Me encanta dar nueva vida a prendas que ya han tenido una o más historias! Y, sobre todo, no me gusta ir vesyida como de uniforme, con la ropa que los medios me cuentan que son imprescindibles. Quiero prendas cómodas, quiero prendas lo más respetuosas posible con el medio ambiente y que también sean originales.

 

¿Qué priorizas al comprar una prenda?
Que tenga una vida larga, que esté confeccionada con buenos materiales y que a mí me guste. Tengo un estilo ecléctico y no me caso con nadie en este sentido.


¿Cambió tu forma de vestir tras la maternidad? Y tras el confinamiento? Porque sabemos de muchos casos en que los sujetadores quedaron desbancados.
Yo ya venía liberándome del sujetador desde hace años… ¡pero es que ahora es una maravilla! Solo llevo sujetadores tipo bralede si es estrictamente necesario. Hace años que no hay un aro de sujetador en mi armario (tampoco tacones) y eso me hace muy feliz. Tras mi maternidad no noté un cambio: tuvo más efecto el confinamiento. Gasto tan poco en ropa… y lo que gasto lo hago en prendas que sé me van a acompañar un buen rato.

 

Conoces algunos de nuestros productos y estamos felices de colaborar con la revista. Has probado nuestro haramaki ¿qué te ha parecido?
Pues nada define mejor al haramaki con que es un abrazo. Personalmente, la parte lumbar es mi punto débil y ahí se me van todos los dolores y las penas. Me gusta sentir el haramaki como el abrazo que es.

 

Victoria Gabaldón para Happy Belly Barcelona

El cuestionario flash, 12 preguntas sobre Victoria Gabaldón:

1. ¿Tienes apodo? 
Sí. Mis amigas de los 20 años siguen llamándome “Piwi”

2. Edad. 
40

3. ¿Dónde naciste, dónde creciste? 
Nací y crecí en Zaragoza. Con 17 años llegué a Madrid para estudiar Periodismo… y aquí sigo.

4. ¿Quién eres en breve? 
Soy una mujer a la que le encanta leer y escribir. Soy una mujer madre de dos criaturas. Op2mista, resiliente y muy cabezota. Quiero ir por la vida ligera, siempre ligera.

 5. ¿A qué te dedicas? 
Soy la directora de MaMagazine, primera revista sobre maternidad honesta. Es un trabajo que me llena, el último regalo que me he hecho a mí misma.

6. ¿En qué momento de la vida estás? ¿Qué te mueve o interesa? 
Estoy en un momento en el que valoro muchísimo el ahora. Ayer ya no existe, mañana quién sabe. Existe ahora y en eso pongo todas mis fuerzas.

7. Si pudieras pasar un día en la piel de otro ser ¿cuál sería? 
¡Una flor de magnolio!

8. Un día perfecto para ti es… 
Mi día a día me gusta en general. Pero sería perfecto si contuviese un buen café con leche, una buena lectura, un buen paseo y muchos abrazos

9. Un color 
Azul

10. Un amor 
Muchos amores

11. Una canción 
¡Uff! Tengo muchas favoritas, la verdad. Me cuesta acotar. Ahora escucho mucho “A todos mis amantes”, de Rigoberta Bandini. Y una clásica: “People have the power” de Pa{ Smith.

12. Una frase de despedida, tuya propia o de otro. 
Me encanta esta de Frida Kahlo: “Yo le duro lo que usted me cuide”


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