La maternidad es una etapa transcendental para la mujer. Su cuerpo y su ser se abren en canal para crear vida. Necesitan abrazos, necesitan cuidados específicos.

Hoy quiero hablaros sobre el haramaki. Lo he descubierto gracias a Happy Nelly Barcelona y puedo afirmar que es un gran aliado en la maternidad. Como profesional en lactancia recomiendo el haramaki como un básico, también en posparto, independientemente de la lactancia que la mujer decida.

Por Paula García Otero

 

El haramaki ayuda a potenciar la irrigación sanguínea a la zona abdominal y lumbar sin ejercer presión, aportando un cálido abrazo a esa zona tan vulnerable en el posparto inmediato. Tras el parto la zona abdominal sufre diástasis y se puede notar falta de sujeción y malestar. El haramaki reconforta y aporta una sensación de bienestar muy agradable.

Además, es un gran aliado en la lactancia materna dentro y fuera del hogar.
Debido a la demanda al pecho, las mujeres pasan muchas horas lactando y la zona lumbar se resiente mucho, el uso del haramaki proporciona una mejor respuesta inmune, alivia el malestar y fatiga producidos por todos estos cambios posturales.

En ocasiones no se cuenta con ropa específica para lactar y buscar la prenda idónea en el armario se torna en algo tedioso ya que si nos disponemos a salir de casa nos veremos en la tesitura de tener que enseñar medio torso y que nos coja el frio.

Personalmente, conozco esa sensación tan desagradable de tener que buscar un rinconcito en el que mis lumbares no sufran por la corriente para poder alimentar a mi bebé. Con el haramaki podrás levantar la prenda de ropa manteniendo el calor y bienestar de la zona lumbar, con la comodidad y seguridad que te proporciona no dejar tu abdomen a vista.

En el hogar también es un imprescindible sobre todo por la noche, mantener la zona abdominal con una temperatura estable favorece el descanso. Me encanta amamantar a mi bebé tumbada en cama, relajarme y disfrutar del momento. Al levantarme la ropa para lactar sentía que no terminaba de relajarme, recuerdo las noches en las que esperaba que acabase la toma para taparme e intentar entrar en calor de nuevo, si me dormía me cogía el frio y me despertaba con malestar. Con el haramaki puesto por la noche, mi zona lumbar está protegida, no me coge el frio y lo mejor es que logro relajarme y sentir como la toma fluye, consiguiendo descansar y disfrutar al máximo de la lactancia junto a mi bebé.

Estos cuidados son muy importantes para mantener el bienestar y ayudan a proporcionar sensaciones más agradables en torno a la lactancia.

Es por ello por lo que puedo recomendar el uso del haramaki a todas aquellas mujeres que transiten la maternidad, animándolas a que prueben los beneficios que aporta esta prenda sostenible a su salud. Me hubiese encantado conocer la experiencia con el haramaki en mis anteriores lactancias, sin duda ha ejercido un impacto muy positivo en ésta y seguro que lo seguiré utilizando en mi día a día.

Artículo escrito por Paula García Otero
@paula_garciaotero
Acompañamiento maternal
Asesoría de lactancia
Esp.Anquiloglósia
AC/BLW
Sanitaria

¡Súscribete a nuestra newsletter!

×